Deberíamos empezar a adiestrar perros para
que te alcancen los auriculares cuando los tenemos a una cama de distancia y no
queremos levantarnos.
Con esta línea de
pensamientos inicio “Algunos pelotudos son por siempre”.
Hoy me levanté
angustiada, pues soñé que se me caían los dientes. Soñé que literalmente se me
caían uno por uno. Me levanté tan pero tan mal que abrí el Whatsapp y envié un
mensaje al grupo “Las cobras” (grupo que tengo con Karóu, Solsticio y R.) pero
atenti que mujer prevenida, dicen, vale por dos; recordé que los sueños no se
cuentan en ayunas, así que abrí el cajón de la mesa de luz y me comí el alfajor
triple que era de mi hermana. No vaya a ser cosa que las pesadillas se vuelvan
realidad por contarlas con el estómago vacío.
Suly: Boludas, soñé con dientes, con dientes
rotos. Con dientes que se me caían en un boliche re feo en donde estaba con R.
Porque vos, Karóu, estabas en otro más lejos y llovía y yo no quería ir hasta allá.
Entonces entramos con R. a ese que era re feo pero yo me sentía mal y cuando
voy al baño me empiezo a sacar todos los dientes. Horrible.
*Una piensa que
mensajes como esos van a ser respondidos con algo del estilo normal tipo “QUÉ
MANERA DE SOÑAR PELOTUDECES”. Pero no, porque mis amigas alimentan SIEMPRE
HASTA EN LAS SITUACIONES MÁS RIDÍCULAS TODA MI IMAGINACIÓN*
Karóu: Ayyy, busca el significado.
Suly: R. dijo el otro día que era de mal
augurio.
Karóu: Pero búscalo en internet. Porque depende
todo si se caían, si te los arrancabas. Pero sí, no es bueno…
Automáticamente
entré en pánico. ¿Qué quería decir con que no era bueno? Sin pensarlo, entré a
la web. Entre millones de páginas, tenía que entrar a la que más iba a
frustrarme. Había todo un listado de tipos de sueños con dientes: soñar con
dientes podridos era malo, soñar con que se te caían los dientes de abajo
significaba pérdida de un ser no cercano; soñar que te los sacabas vos misma,
malo; soñar que se caían solos, malo; que te los sacaba otro, malo; que se te
blanqueaban, bueno. Pero, lo más aterrador, mi tipo de sueño, es decir, que me
quitaba los de arriba, era como el peor de todos. SEGÚN ESTA PÁGINA, QUERÍA
DECIR QUE IBA A MORIR ALGUIEN MUY CERCANO. Enseguida pensé en mi abuela, porque
es el ser sobre la tierra que más quiero, pensé en si había vuelto del banco
sana y salvo, pensé en mi mamá que estaba trabajando, en mis hermanos que no
habían vuelto, en G. mi ahijado, en todxs mis amigxs. Pensé en muchas cosas,
pero también tuve impotencia. “¿Cómo
puede ser que una página web afirme algo con tanta liviandad?” les comenté a
mis amigas.
Cómo puede ser que
haya gente que crea tan fervientemente eso, y deje que eso la afecte. Lo mismo
pasa con el horóscopo. El otro día hablando con Mimi, el nuevo chico que acoso,
me preguntó de qué signo era. Le dije que de escorpio y enseguida hizo la señal
de la cruz vade retro satanás y todos los chiches. Me dijo que seguro era
caprichosa y celosa (que lo soy) y me hizo todo un perfil psicológico de lo que
soy y de lo que no soy respecto al zodíaco. Erró en muchas y en tantas otras
acertó, pero lo que me estaba describiendo era el común denominador de las
personas. Pensé en esos que dicen ver el futuro y te salen con cosas como “has
tenido una gran pérdida en la vida, una pérdida que aún te sigue afectando”. El
ser humano promedio ha perdido algo que sufre alguna vez en la vida, no se
llega a la muerte intacto de eso, no me estás contando ninguna novedad.
De fondo
suena Ludovica, de viudas e hijas “me lo dijo el tarot…” Suly, ¿qué pasó?
Estimulé mis chacras en chí. ¿Cuándo se me van a alinear los planetas, la
reputamadre?
No sé, Mimi, si
deberías alejarte de mí por escorpiana o de vos mismo por pelotudo, pero
tranqui, que los pelotudos son mi debilidad.
Pero si de
pelotudos hablamos, hay uno que se gana el premio mayor, y el pionero de los
pelotudos: Pito.
Volvió, y en forma
de fichas.
El 20 de julio
pasado me mensajeó para decirme que me deseaba un feliz día del amigo. Me pregunto
qué se le habrá pasado por la cabeza para hacer algo así cuando, por
definición, soy una de las mujeres que le vio la pija. Pero bueno, todo bien,
cada cual con sus mambos. Le dije que igualmente y me prometió que saldríamos a
tomar algo.
El domingo le
mandé un mensaje a la una de la madrugada, porque la gorda ante todo
desesperada y necesitada. En realidad fue un mensaje inocente de *cómoandás*.
Mensaje que él respondió con todo su tiempo recién hoy. Me dijo que no se
olvidaba que teníamos una salida pendiente. Le dije que este viernes estaba
libre y entonces contestó que “este finde
estoy complicado”.
Porque pelotudo se
nace. ¿No? Algunos pelotudos are forever.
Les cuento,
además, que con este muchacho nos tomábamos medio Alplax cada uno a la noche
para dormir, en lugar de cansarnos de coger.
Pito es del tipo
de chico de 36 que escuchó demasiada música británica cuando adolescente. Es el
estilo de chico Joy division alternativo que es demasiado sensible para este
mundo. Y eso a las boludas como yo nos encanta. Así me conquistó.
Me encantaría que
esto tenga una moraleja, pero mi vida es un sinfín de *sinmoralejas* porque
predomina la vida real, la realidad, lo que de verdad pasa.
Antes de que Pito
me dejara se encargó de dejarme muy en claro que esta relación no iba a
terminar conmigo dejándolo primero y él arrepintiéndose semanas. Que yo no me
iba a ir de viaje para despejarme en un micro al que él llegaría tarde para
impedir la partida. Que no iba a estar en la ruta cortando el paso con un
radiograbador arriba de su camioneta partner. Que no se iba a arrepentir de la
decisión: me quería, pero quería coger con otras minitas sin que yo me sintiera
terrible, que lo mejor iba a ser dejarlo todo ahí.
Pese a todo ello,
albergué alguna que otra esperanza medio sinsentido, de esas en las que me
imaginaba llegando a casa y que él iba a estar en la puerta esperándome para
decirme lo equivocado que había estado, y que era la mujer de su vida. Con vos
en el caribe sur, hijos, hamaca paraguaya y toda la historia.
No pasó jamás,
claro. Porque la vida no es una película de Hollywood. Con suerte una de
Tarantino, y ni siquiera morimos con tanto estilo.
Y ahora acá estoy,
escuchando canciones de amor correspondido como si mi vida fuera en otra dirección
que al infierno. Como eso de hacer dieta para ser flaca y después tener que
seguir haciendo dieta para mantener el peso: ya lo leímos en alguna página, NO
SOS FLACA, SOS UNA GORDA EN PAUSA.
En fin, Pito,
cogiste conmigo, qué te haces el que no le das a Flor. K.
